El viaje comenzó con la salida del instituto a las cuatro y media (y no de la tarde) en bus. Os resumiré en un momento la primera parte del trayecto:
- Sentarme
- Hablar con la gente
- Jugar al Pokémon Cristal en mi DS
- Jugar a Full Metal Alchemist en mi DS
- Escuchar dos o tres canciones
- Despertarme a las 7 de la mañana
- Preguntar amablemente a
esa panda de josdeputamis compañer@s si podían mostrarme la sesión de fotos que me habían hecho mientras dormía.
Luego supe que dormía como si se me hubiese desencajado la mandíbula, pero no viene al caso. Al poco de despertarme, el bus paró en un área de servicio. Nada más bajar recordé que había estado en esa misma área de servicio hace cuatro años, también en un viaje a Madrid. Allí desayunamos y pasamos el rato hasta que tocó irse. Me compré un paquete de chicles solo por probar, ya que le perdí el gusto hace años. Ahora me he vuelto a enganchar. Gracias mamá.
Me quedé hablando un poco con los colegas y salimos. Debido a la agradable temperatura que hacía en ese momento, desde que salías por la puerta hasta que llegabas al bus, te daba tiempo para pasar de esto
a esto
Y ya dentro del bus y medio muertos por congelación, seguimos nuestro viaje.
Adoro este tipo de paisajes
Volví a desencajarme la mandíbula un par de veces y después se me quitó el sueño definitivamente. Estaba hablando con la gente cuando de pronto, empieza a sonar la radio. Nos pasaron una selección de Reaggeton, cumbia y todo tipo de música latina, que interpretamos como que teníamos que ponernos nuestra propia música. Y así lo hicimos.
Adoro este tipo de paisajes
Volví a desencajarme la mandíbula un par de veces y después se me quitó el sueño definitivamente. Estaba hablando con la gente cuando de pronto, empieza a sonar la radio. Nos pasaron una selección de Reaggeton, cumbia y todo tipo de música latina, que interpretamos como que teníamos que ponernos nuestra propia música. Y así lo hicimos.
Pasaron las horas y finalmente, a eso de las 11 y media llegamos a Madrid.
Me llamó mucho la atención esa especie de enchufe en lo alto del edificio de la Mutua
Directamente fuimos a la Biblioteca Nacional. Estiramos las piernas y mientras los demás grupos iban entrando, yo iba sacando algunas fotos:
Me llamó mucho la atención esa especie de enchufe en lo alto del edificio de la Mutua
Directamente fuimos a la Biblioteca Nacional. Estiramos las piernas y mientras los demás grupos iban entrando, yo iba sacando algunas fotos:
Nuestro grupo entró el último. La visita comenzó con el típico cacheo para ver si tienes bombas atómicas o alguna otra arma de destrucción masiva en la mochila/bolsillos de los pantalones. Luego nos dirigimos a una habitación con una exposición sobre los distintos tipos de encuadernación en cuero a lo largo de los años o algo así. Seguidamente fuimos al piso inferior para hacer una visita guiada que hablaba sobre la historia de la literatura, las nuevas tecnologías (libros electrónicos, películas y publicidad, etc.) y la invención de objetos como la imprenta.
No puedo mostrar mucho más, ya que me quedé dormido durante gran parte de la exposición (no me juzguéis, no había dormido nada y estaba muerto de frío D;), pero sí pude sacar algunas fotos a escondidas...soy muy malote...
Un globo con diferentes constelaciones
Un busto de Quevedo
Un ejemplar de Follas Novas, de Rosalía de Castro
Esto era curioso: Era un visor de cuero con dos lentes que permitía ver imágenes en 3D
Publicidad
Letras de imprenta
No se ve mucho. Es un disco duro de la primera serie de ordenadores
Un papiro
Un panel con diferentes formas de escribir la palabra "libro"
-Lo más gracioso de esto, es que un guardia me dijo Ah, no se pueden sacar fotos aquí. Muy bien campeón, pero a la próxima me lo dices antes de que saque todas las demás fotos.
Subimos de nuevo al piso principal y nos quedamos ojeando un rato la tienda que había en una entrada. Luego fuimos todos al bus para ir, esta vez sí, al hostal donde nos alojaríamos: Hostal Marlasca.
Tras un breve trayecto, bajamos, cogimos nuestro equipaje y llegamos al hostal. La cosa era tronchante: escaleras de caracol estrechísimas, insectos acechando, y una serie de situaciones alocadas, como cuando nos dimos cuenta de que para cerrar la puerta de la habitación teníamos que levantar la llave dentro de la cerradura y girar con fuerza hercúlea, o cuando se olvidaron de darnos la tarjeta-llave que da acceso a la luz y tuvimos que usar el pase de temporada de fútbol de un colega, o la tarjeta de abono de Dofus de otro. Luego la pedimos, pero no viene a cuento.
Hicimos un poco el gilipollas y bajamos al portal a esperar a los demás grupos. El nuestro se fue el último porque las chicas del grupo se tomaron su tiempo para asearse, maquillarse y Dios sabe qué más cosas. El caso es que perdimos unos 15 minutos.
Caminando un poco, llegamos a uno de los sitios más famosos de Madrid: La Puerta del Sol. Allí estaba, imponente, el lugar donde se juntan ricos y pobres, donde los indignados protestan por sus derechos, o donde la gente da lo mejor de sus dotes interpretativas para conseguir unos céntimos...
...Pero no me paré demasiado. Tenía mucha hambre. Me separé de mi grupo principal para juntarme con un grupo de amigas (OH CIELOS! MÍRENLO MÍRENLO TODOS! SE ESTÁ JUNTANDO CON CHICAS! LOLOLOLOLOL) y después de mirar por varios locales, al final decidimos ir a comer a un Pans & Company.
La comida no estaba nada mal, pero la dependienta era un poco demasiado despistada. Me salió por unos 8'50€. Comí bastante bien, pero lo siento por una amiga, porque se pidió un bocata que llevaba orégano y acabaron más bien poniéndole un poco de bocata en el orégano (ale, ya podéis zurrarme por la gracia).
Teníamos que llegar de nuevo a Sol a las 4 y media y eran como las 4 y 10. Bajamos por una calle, cuando de repente nos paró una chica que tenía acento ruso para decir a mis compis femeninas que eran muy guapas, que si querían ganar un dinerillo extra para no se qué tonteridas de modelos y tal. Una de ellas aceptó y entonces la chica nos llevó a un piso. UN P*TO PISO! ellas pensando "ah, pues creíamos que sería una tienda o algo". Yo pensaba "por Yisus, esto huele a red de narcotráfico y prostitución a kilómetros D:". Nos abrió una puerta y dentro había un local con otras dos chicas. El sitio parecía la típica peluquería/agencia rara. Nos sentaron por separado (dos a un lado y una amiga y yo en otro, pero a mi por suerte no me dijeron nada. Tal vez porque no daba la talla como mujer o porque era menor, quién sabe...). El tiempo iba pasando y yo tenía los nervios a flor de piel pensando qué sería de mi, si me meterían a hacer metanfetamina mientras ellas hacían la calle o yo que se.
El caso es que a mi amiga le dijeron cosas de hacerse modelo, pagar una tarifa de 50 y pico euros con muchas cosas incluidas. Ella se tranquilizó al descubrir que eso era más fraude que "las estampitas" y, junto con las otras chicas, nos levantamos y salimos tod@s por la puerta. Cerramos la puerta y salimos cagando leches por las escaleras, luego ellas empezaron a hablar sobre que menos mal que ya no estaban ahí, etc. Mientras, yo miraba sonriente al cielo y pensaba "Juro que si algún día me volvéis a meter en una situación como esta, os arrancaré las entrañas mientras dormís y se las ofreceré al señor oscuro del averno. Pero todo de buen rollo, vale? :D"
PD: mi amiga me discriminó por ser menor D;
Sobre las 4 y media nos juntamos profesores y alumnos para ir a la plaza mayor, otro de los sitios importantes a visitar. Allí también había gente haciendo todo tipo de virguerías. Me llamó la atención este señor
Este señor cogía dos cañas y conseguía hacer pompas gigantes. Los niños que hay a su lado las rompían. supongo que las señoras que estaban al lado habrían pagado previamente.
Más tarde nos dividimos en varios grupos para hacer una visita guiada por el Madrid de Leyenda, que era un recorrido por sitio emblemáticos donde surgieron historias religiosas, curiosas o simplemente especiales. Como había muchos sitios, diré los que más me agradaron:
La primera fue la llegada al restaurante Sobrino de Botín, el cuál tiene fama de ser el restaurante más antiguo del mundo (realmente había otro más antiguo ubicado en Francia, pero no se sabe apenas nada de él). Este restaurante, aparte de su antigüedad, también es famoso por ser el restaurante donde trabajó el famoso pintor Francisco de Goya como friegaplatos, además de ser también famoso por platos como el cochinillo al horno o el hecho de que el Rey de España coma ahí a veces. El aspecto que tiene me encanta:
en el escaparate hay una maqueta del sitio por dentro
El otro sitio que me gustó bastante, era una calle conocida como "La Pasa", que tiene un dicho que dice así: "Quién no pasa por la pasa, no se casa! pasa pasa!". Que viene a ser algo así como que si no pasas por ahí nunca te casarás. Creo que viene a ser algo parecido a lo de la roca gigante con forma de pene que hay en las Canarias.
Y sí, en esta visita también me dormí, y encima de pie, que es peor.
Luego de la visita, nos dieron un tiempo para asearnos y descansar. Yo me fui de paseo con un colega, para ver si encontrábamos algún cómic que comprar. Pasamos por dos tiendas estupendas, pero al final acabamos en una que estaba a unos pocos metros del hostal. Estaba bastante bien, pero estaba muy desordenada (en mi opinión era que estaban haciendo inventario, pero si estaban haciéndolo, quizás deberían haber dejado la tienda cerrada). Allí me compré un cómic de Detective Conan bastante bien de precio (al llegar a mi habitación me di cuenta de que había comprado la 2ª parte de ese cómic. Al menos había otro caso de principio a fin.)
Luego volví al hostal. Me lavé el pelo, me cambié de ropa y salí con mis compañeros al portal. Esta vez íbamos a ver una obra de teatro. Subimos al bus, me quedé dormido unas 5 veces, y eso que serían como mucho las 10.
No, no fue aquí donde fuimos, pero me gustó mucho el aspecto que tenía.
En una ocasión me despertó el sonido de muchas sirenas de policía. Levanté la cabeza y vi a seis guardias protegiendo la puerta de un edificio. Levante la cabeza un poco más y entonces caí en que estábamos pasando por delante de la sede del PP.
Llegamos al teatro Galileo. Dentro pillamos sitio y pudimos disfrutar de una obra de improvisación (cada vez que querían inventar una situación, gritaban corten!, rompían el cuarto muro y pedían opinión del público). Estuvo bien entretenida y nos reímos bastante, pero me hubiera gustado que hubiesen salido más cosas.
[A partir de ahora, y hasta que termine el día, voy a despotricar como un loco]
Salimos del teatro a las once y media, y tuvimos que coger el metro, porque el bus se había ido. Llegamos a Sol a las 12 menos cuarto. Los profesores nos pidieron llegar al hostal a la una y cuarto para quedarnos allí. Hasta esa hora teníamos que buscar un restaurante y cenar allí. el 95% de la gente se fue a un McDonald's, pero una amiga y yo nos quedamos fuera buscando algún sitio bien de precio. Queríamos pizza, pero como no nos gustaba mucho lo que había nos fuimos (vamos a ver! qué sitios buenos están abiertos a las 12 de la noche! y encima teníamos que madrugar al día siguiente)
Seguíamos paseando buscando sitios, pero no nos convencía ninguno, así que se nos ocurrió ir al hostal, porque teníamos que quedar allí con unas amigas, pero tuvimos mala suerte y nos encontramos con los profesores, que nos denegaron la entrada, supongo que porque pensaron que íbamos a mancillar la cama del hotel, así que nos tocó seguir paseando por ahí hasta que llegó la hora (Además, al casi no tener tiempo para nada, perdí la oportunidad de ir al Dunkin Coffee, franquicia famosa por disponer de la rosquilla rosa de Los Simpson).
Entonces mis amigos y yo fuimos al hotel junto con casi todos los grupos y allí nos quedamos. Aproveché que no estábamos con los profesores y empecé a arrasar con las reservas de comida que tenía en mi mochila. Yo lo siento por mi amiga, que no pudo cenar nada, y por culpa de la incompetencia de los profesores no le dejaron irse a su habitación, y por ende, no poder sacarse las lentillas, lo que le provocaba un dolor a medida que pasaban las horas.
Volvamos a mi habitación. Pusimos la tele, pero al ver que lo único interesante era tarot y porno, pusimos la radio del televisor. Nos cambiamos. Ellos tiraron de las sábanas y se salieron, pero como yo era inteligente, pues me pedí nada más llegar al hostal la cama que estuviese pegada a la pared, así no se saldrían.
[y fin del primer día. Lo único bueno de la noche, es que nos cruzamos con Canco Rodríguez, el actor que hace de Barajas en la serie Aída]
2º Día
Nos despertamos a las 7 y media. Estábamos muertos de ayer y yo seguía con un hambre atroz, pero nos vestimos y salimos a desayunar. El desayuno estaba compuesto por:
Fachada exterior. No se pierdan la cara del guardia que hay en la esquina inferior izquierda
Con amig@s, la comida sabe cien veces mejor, sea lo que sea que estés comiendo (que sí, que vale, que me clavaron 7€ por el bocata, pero valía mucho la pena, creedme).
El otro sitio que me gustó bastante, era una calle conocida como "La Pasa", que tiene un dicho que dice así: "Quién no pasa por la pasa, no se casa! pasa pasa!". Que viene a ser algo así como que si no pasas por ahí nunca te casarás. Creo que viene a ser algo parecido a lo de la roca gigante con forma de pene que hay en las Canarias.
Y sí, en esta visita también me dormí, y encima de pie, que es peor.
Luego de la visita, nos dieron un tiempo para asearnos y descansar. Yo me fui de paseo con un colega, para ver si encontrábamos algún cómic que comprar. Pasamos por dos tiendas estupendas, pero al final acabamos en una que estaba a unos pocos metros del hostal. Estaba bastante bien, pero estaba muy desordenada (en mi opinión era que estaban haciendo inventario, pero si estaban haciéndolo, quizás deberían haber dejado la tienda cerrada). Allí me compré un cómic de Detective Conan bastante bien de precio (al llegar a mi habitación me di cuenta de que había comprado la 2ª parte de ese cómic. Al menos había otro caso de principio a fin.)
Luego volví al hostal. Me lavé el pelo, me cambié de ropa y salí con mis compañeros al portal. Esta vez íbamos a ver una obra de teatro. Subimos al bus, me quedé dormido unas 5 veces, y eso que serían como mucho las 10.
No, no fue aquí donde fuimos, pero me gustó mucho el aspecto que tenía.
En una ocasión me despertó el sonido de muchas sirenas de policía. Levanté la cabeza y vi a seis guardias protegiendo la puerta de un edificio. Levante la cabeza un poco más y entonces caí en que estábamos pasando por delante de la sede del PP.
Llegamos al teatro Galileo. Dentro pillamos sitio y pudimos disfrutar de una obra de improvisación (cada vez que querían inventar una situación, gritaban corten!, rompían el cuarto muro y pedían opinión del público). Estuvo bien entretenida y nos reímos bastante, pero me hubiera gustado que hubiesen salido más cosas.
[A partir de ahora, y hasta que termine el día, voy a despotricar como un loco]
Salimos del teatro a las once y media, y tuvimos que coger el metro, porque el bus se había ido. Llegamos a Sol a las 12 menos cuarto. Los profesores nos pidieron llegar al hostal a la una y cuarto para quedarnos allí. Hasta esa hora teníamos que buscar un restaurante y cenar allí. el 95% de la gente se fue a un McDonald's, pero una amiga y yo nos quedamos fuera buscando algún sitio bien de precio. Queríamos pizza, pero como no nos gustaba mucho lo que había nos fuimos (vamos a ver! qué sitios buenos están abiertos a las 12 de la noche! y encima teníamos que madrugar al día siguiente)
Seguíamos paseando buscando sitios, pero no nos convencía ninguno, así que se nos ocurrió ir al hostal, porque teníamos que quedar allí con unas amigas, pero tuvimos mala suerte y nos encontramos con los profesores, que nos denegaron la entrada, supongo que porque pensaron que íbamos a mancillar la cama del hotel, así que nos tocó seguir paseando por ahí hasta que llegó la hora (Además, al casi no tener tiempo para nada, perdí la oportunidad de ir al Dunkin Coffee, franquicia famosa por disponer de la rosquilla rosa de Los Simpson).
Entonces mis amigos y yo fuimos al hotel junto con casi todos los grupos y allí nos quedamos. Aproveché que no estábamos con los profesores y empecé a arrasar con las reservas de comida que tenía en mi mochila. Yo lo siento por mi amiga, que no pudo cenar nada, y por culpa de la incompetencia de los profesores no le dejaron irse a su habitación, y por ende, no poder sacarse las lentillas, lo que le provocaba un dolor a medida que pasaban las horas.
Volvamos a mi habitación. Pusimos la tele, pero al ver que lo único interesante era tarot y porno, pusimos la radio del televisor. Nos cambiamos. Ellos tiraron de las sábanas y se salieron, pero como yo era inteligente, pues me pedí nada más llegar al hostal la cama que estuviese pegada a la pared, así no se saldrían.
[y fin del primer día. Lo único bueno de la noche, es que nos cruzamos con Canco Rodríguez, el actor que hace de Barajas en la serie Aída]
2º Día
Nos despertamos a las 7 y media. Estábamos muertos de ayer y yo seguía con un hambre atroz, pero nos vestimos y salimos a desayunar. El desayuno estaba compuesto por:
- Un zumo de naranja.
- Un Cola-Cao.
- Bollería (a mí me tocó un hojaldre relleno de crema de almendras.
Luego de desayunar, volvimos al hostal, recogimos todo, nos aseamos, volvimos al portal y nos fuimos para no volver. Es más, me gustó tan poco, que solo por joder me llevé una toalla del aseo.
Hoy era el día en el que venían los dos platos fuertes: las vistas al Museo del Prado y el Museo Reina Sofía.
Salimos otra vez del bus, estiramos las piernas y contemplamos la fachada exterior del Museo del Prado mientras nos acercábamos. Me dio tiempo a sacar una foto del famoso hotel Ritz
Tardamos un poco en sacar las entradas, pero hasta que conseguimos entrar, me dediqué a hacer fotos
Me llamó la atención esta catedral
Y hasta aquí puedo mostrar, porque no dejaban sacar fotos. Ya dentro, dejé mi mochila en la consigna y me fui con el grupo a ver las diferentes pinturas. El problema era que los profesores no querían perder tiempo y lo vimos todo a trompicones.
Eran muchas las obras que cubrían las paredes del Prado. Mi momento cumbre llegó al pasar por un pasillo y ver un cuadro de un mensajero a caballo. Entré, y entonces, mis ojos se salieron de sus órbitas, el tiempo se paró y yo iba dando vueltas y vueltas mientras contemplaba asombrado la gigantesca sala que exhibía los cuadros de Velázquez. Mis ojos se clavaron en el cuadro de Las Meninas. Qué grandeza! vieses por donde vieses esa sala, te sorprendías igualmente.
Acabé saliendo de la sala. También llegué a una sala con varias pinturas de El Greco, pero me quedé con las ganas de ver el cuadro del Caballero de la Mano en el Pecho, sin embargo pude ver otros cuadros como El Jardín de las Delicias, la otra Mona Lisa, o las dos majas.
Después de mucho andar y andar, llegamos a la sala de Goya. Fui uno de los primeros en entrar, pues quería un poco de silencio para admirar otra de mis obras favoritas, que es a su vez una de las pinturas negras más macabras de Goya: El cuadro de Saturno devorando a uno de sus hijos.
Los profesores no querían parar ni un minuto más y salimos todos disparados del museo. Descansamos unos minutos y seguimos el recorrido hacía el Reina Sofía. Al llegar, tuvimos que esperar bastante tiempo hasta entrar, cosa que aproveché, por un lado para sacar fotos y por otro, para tomar algo.
Me fui con unas amigas a mi tan ansiada meca de la bollería: El Dunkin Coffee. Estaba súper ansioso por llegar,y eso que no se tardaba ni diez minutos.
Al llegar, pedía la rosquilla de Los Simpson y un chocolate caliente mediano. Antes de nada, tocaba sacar las típicas fotos:
En cuanto le pegué el mordisco, mis pupilas se dilataron, los pájaros trinaron, las campanas sonaban, y yo, mientras me convertía por unos instantes en la persona más feliz sobre la Tierra, en mi mente lo único que sonaba era esto (exactamente el minuto 6:45) y en mi cerebro, ocurría esto:
La única cara que puede describir la sensación que vivía en ese instante es esta y ninguna otra:
Muchas gracias Sopita por hacerme vivir ese gran momento. Ves lo poco que hace falta para hacerme feliz? xD
Salimos de la tienda aún estando yo irradiando felicidad y volvimos al museo. Entramos, dejamos las mochilas en la consigna one more time y comenzamos la visita en un pabellón que trataba sobre la Guerra Civil, la censura y todo lo que tenga que ver con ella. Vimos muchas obras extrañas (que demonios, el museo es de arte contemporáneo), hasta que me paré en seco delante de un pasillo. el tiempo volvió a ralentizarse. En mi mente sonaban lamentos desgarradores, bombas explotando, motores chirriantes de avionetas. Allí estaba, en una gran sala blanca, imponente, el Guernica de Pablo Picasso. Me quedé en silencio durante unos cuantos minutos hasta que recobré la conciencia (entre Las Meninas y esto, pensaba que había pillado el Síndrome de Stendahl.). En un momento dado, perdí de vista al profesor, pero no a mis compañeros, así que me uní a ellos. Ayudé a un compañero con vértigo a subir a los pisos superiores y bajamos por unas escaleras mecánicas que daban a un mirador
Luego de echar un vistazo por mi parte, recibí una llamado de una amiga diciendo que nos habían dado tiempo para comer. Bajé a la consigna y me encontré con muchas personas. Entonces me enteré de que los profesores se habían ido hacía hora y media y nadie sabía nada.Cogí mis cosas, cerré la taquilla y me largué con los demás.
Fui de nuevo con mis compis femeninas a buscar un sitio para zampar. Teníamos hambre de pizza, pero no encontramos ningún local abierto/barato, hasta que vimos un cartel de pizzería. Nos acercamos, pero en cuanto leí la palabra Trattoria en el cartel dejé de leer (eso en mi idioma significa si como aquí voy a tener que alimentarme de agua una buena temporada). Ellas también vieron los precios y dimos media vuelta.
Bajando por la calle que hay tras el Reina Sofía nos fijamos en la parte trasera del bar-restaurante El Brillante, que era conocido por tener el mejor bocata de calamares de todo Madrid. Probemos pues, a ver si es tan bueno como dicen-pensé. Tomamos asiento en la terraza junto a un grupo de palomas. Nos atendieron bastante deprisa y a los pocos minutos ya teníamos nuestro manjar en la mesa, salvo Sopita, que se pidió una pizza, pero a la pobre le pusieron queso azul (imagino que Roquefort), por suerte pudo quitar todo o casi todo con un tenedor. Ese bocata era tremendo: buen sabor, crujiente y llenaba mucho:
Bajando por la calle que hay tras el Reina Sofía nos fijamos en la parte trasera del bar-restaurante El Brillante, que era conocido por tener el mejor bocata de calamares de todo Madrid. Probemos pues, a ver si es tan bueno como dicen-pensé. Tomamos asiento en la terraza junto a un grupo de palomas. Nos atendieron bastante deprisa y a los pocos minutos ya teníamos nuestro manjar en la mesa, salvo Sopita, que se pidió una pizza, pero a la pobre le pusieron queso azul (imagino que Roquefort), por suerte pudo quitar todo o casi todo con un tenedor. Ese bocata era tremendo: buen sabor, crujiente y llenaba mucho:
Como anécdota, diré que una de mis acompañantes se llevó una servilleta del bar para demostrarle a su madre que había estado allí.
Lo pasé tan bien que incluso le propuse a mi amiga Sopita darle un abrazo por hacerme súper feliz por lo de las rosquillas. Aceptó y más tarde me lo dio de muy buena gana. Como quería compartir esta sensación con mi familia, decidí comprar una caja grande de rosquillas (12 en total). Lo malo es que me dieron la caja rota y me las tuve que apañar más adelante para meterlas en mi mochila.
Mientras esperábamos a los profesores, fuimos a la tienda del museo. Llegamos a una sección de la cuál me enamoré: ponían jazz y habían muchos artículos retro/curiosos y mucho material relacionado con la cultura pop. A Sopita y a mí nos encantó un móvil con globitos que colgaba del techo.
Se acercaba el momento final. Esperamos unos pocos minutos y llegaron alumnos y profesores. Subimos al bus, tomé asiento, puse las rosquillas en la mochila, me puse los auriculares y empecé a escuchar mi colección privada de música mientras me despedía de este gran día.
Por el camino nos pusieron una película de Van Damme, pero iba tan rayada que solo veíamos líneas en blanco y negro o verde y rojo fosforito. Además, los que íbamos en los asientos de la parte trasera estábamos con los nervios a flor de piel, porque el televisor que colgaba cerca de nosotros traqueteaba demasiado y temíamos que se cayese y explotase, o algo por el estilo.
Como teníamos que hacer una parada obligatoria, a eso de las 6 y media llegamos a otra área de servicio. Compré otro paquete de chicles y me quedé hablando con la gente, además de sacar alguna foto al paisaje
Sobre las 7 y cuarto, recogimos y volvimos al bus. Esta vez estaba en el asiento con ventana.
Reí y canté con mis amigos y a las 10 y media llegué de nuevo a Elche, me despedí de Sopita y de mis otros compañeros y me fui con mis padres a mi casa.
Fin
Me encantado tu juramento al salir del piso sospechoso xDD Lo que me he reído. Ains, si que quién se os ocurre...
ResponderEliminarY bueno... qué decirte de ese momento al entrar en la sala de Velázquez en el Prado *^* Es sencillamente magistral. Sin palabras. El Prado es genial. Cuando estudiaba en MAdrid, con el carnet de estudiante, tenía descuentos y iba cada dos por tres *^* Quedé enamorada del Prado a los 13 años cuando fuí por primera vez, jeje. SIn embargo al Reina Sofía no he ido... :(
Oh! Y al ver la fachada de la bocatería, me han traído recuerdos. He pasado mucho por allí ^^.
En definitiva, me ha encantado todo lo que has escrito. Me ha recordado mi época madrileña xDD Y a la espera de otra aventurilla escrita por tí ^^.
Besoooos!
pd: adoro el Dunkin Donuts, a mi me gusta el de chocolate con avellanas *^*
El de chocolate con avellanas lo compré, pero no lo probé porque al comprar una caja de 12 cada uno escogía el que más le gustaba. A mí me tocó el que tenía como crocanti y leche condensada, la bomba rellena de mermelada de arándanos y el que parecía un monstruo de las galletas xD
ResponderEliminarY gracias mil por leerme :D
Jajaja, no las des ;) Ha sido un placer ^^
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